Progreso en las diferentes etapas del ciclo de vida de un producto
Estrategias para gestionar la innovación, iteración y operación a lo largo del ciclo de vida de un producto
En el ciclo de vida de un producto, cada fase y cada acción tomada son fundamentales para asegurar su éxito y sostenibilidad en el mercado, desde su concepción hasta su madurez y, eventualmente, su declive. A lo largo de este ciclo, el desarrollo del producto se puede dividir en tres categorías clave: Innovación, Interacción y Operación. Cada una de estas categorías juega un papel específico en las diferentes etapas del ciclo de vida, asegurando que el producto avance en la dirección correcta, maximice su valor y mantenga su competitividad.
Categorías de desarrollo del producto:
Innovación
En esta categoría se incluyen los hitos estratégicos que permiten avanzar hacia la visión que la compañía tiene para el producto. En ella, se profundiza en el plan estratégico conformado por estos hitos, el cual es crucial para el desarrollo adecuado del proyecto, actuando como eje rector para evitar supuestas mejoras cortoplacistas. A menudo, estas propuestas son el resultado de presiones de las partes interesadas, quienes compiten entre sí con diversos grados de influencia y pueden no representar una innovación real, además de implicar un alto coste de desarrollo (bien sea económico o en términos de tiempo), desviando la hoja de ruta óptima y alejando el producto de la visión inicial de la compañía.
Los hitos que integran esta categoría pueden incluir el planteamiento de nuevas características, la revisión de las ya existentes, estrategias de integraciones con terceros, o cambios en la arquitectura.
El estratégico debe desarrollarse en paralelo con un plan técnico para evitar un desacoplamiento entre la estrategia del producto y su desarrollo. Esto ayuda a prevenir la deuda técnica (que generalmente surge más por la falta de alineación entre la estrategia y la ejecución técnica que por fechas de entrega estrictas o ambiciosas), además de aumentar la confianza y alineación entre todas las partes involucradas, mejorando, en ultima instancia, el escalado del producto a largo plazo.
Interacción
En la categoría de interacción se incluyen todos los esfuerzos destinados a mejorar y optimizar el producto. Esto puede incluir mejoras, la adición de nuevas funciones a características existentes u optimizaciones de las mismas. En resumen, se trata de cambios incrementales en el producto que, en principio, aportarán valor tanto al cliente como a la compañía.
En algunos casos, estas mejoras se pueden tratar incluso de solicitudes específicas de clientes concretos que se han decidido añadir a la hoja de ruta del producto y son coherentes con la misma y con la visión final del producto.
Durante esta fase, a diferencia de la anterior que es más abstracta y creativa, los desarrollos deben justificarse con datos cuantitativos en lugar de cualitativos. Por ejemplo, el número de clientes que se beneficiarán de las nuevas características, el valor estimado que repercutirá en estos clientes y, a nivel interno, elementos como el grado de confianza del equipo en lograr el desarrollo satisfactoriamente, así como el esfuerzo necesario para cumplir con una fecha estimada de entrega.
Operación
Esta categoría se enfoca en acciones dedicadas al mantenimiento del producto y la gestión de su negocio, incluyendo seguridad, corrección de errores, gestión del producto, privacidad, rendimiento, deuda técnica y actualizaciones.
Es importante apoyarse en herramientas de automatización y monitorización para poder optimizar en la medida de lo posible las acciones englobadas en la categoría de operación.
Distribución en el ciclo de vida:
Estas categorías definidas previamente representan tres líneas de trabajo que deberían ocurrir simultáneamente en diferentes proporciones. La proporción de cada categoría variará en función de la etapa en la que se encuentre el producto en su ciclo de vida, adaptándose a las necesidades específicas de cada fase.
Dada esta variabilidad, es crucial que la proporción de recursos asignados a cada categoría se acuerde y comunique de manera transversal en la compañía. Esto garantizará que todas las partes sean conscientes de la inversión en cada una y evitará que los recursos se asignen de manera aleatoria o basada en intereses ajenos a la estrategia de la compañía, que podría comprometer el avance del producto.
Fase de desarrollo de la idea: En esta fase, aún no hay clientes y el producto es solo una idea en desarrollo. El enfoque se centra completamente en la innovación, guiado por la visión de la compañía.
Fase de lanzamiento: En esta etapa, el producto se lanza en su versión alpha para un grupo seleccionado de clientes. Es fundamental recopilar la mayor cantidad posible de feedback de estos clientes y mejorar el producto en función de esa retroalimentación, sin perder de vista la visión y estrategia de la compañía.
Fase de Product-Market Fit (PMF): Esta fase se caracteriza por iteraciones rápidas con el producto, que se encuentra en su versión beta, con el objetivo de alcanzar una cuota de mercado que cumpla con los criterios establecidos de manera efectiva (el Product Market Fit). Durante esta fase, también es común que se deban corregir errores y resolver problemas surgidos de las iteraciones previas (esto explica un incremento del 20% en las actividades de la categoría de operación).
Fase de escalado: Una vez que se ha alcanzado la cuota de mercado deseada, el siguiente paso es ampliar el alcance del producto para llegar a la mayor cantidad posible de usuarios. Esta es una fase crucial en la que las acciones de la categoría de operación adquieren el mayor peso, ya que se deben cumplir con los requisitos técnicos y de infraestructura necesarios para este escalado.
Fase de mantenimiento: El producto ha alcanzado un nivel de madurez que le otorga estabilidad, y las actividades principales pasan a ser de mantenimiento, lo que permite abrir una nueva ventana de innovación, entendida como una oportunidad para introducir cambios disruptivos que incrementen el valor del producto.
A lo largo del ciclo de vida, el producto aporta poco valor en sus inicios, ya que es únicamente una idea en desarrollo. Este valor incrementa conforme el producto se vuelve más robusto y alcanza una capacidad de mercado significativa. Una vez alcanzado el PMF, el producto puede escalar y aportar cada vez más valor a la compañía y a sus clientes.
En la fase final de mantenimiento, sin embargo, los clientes pueden comenzar a perder interés en el producto, y las amenazas de la competencia se intensifican. Esto se refleja en el gráfico, donde la línea que representa el valor aportado por el producto alcanza una meseta, siendo susceptible de comenzar a decrecer. Es importante tener en cuenta que la innovación requiere tiempo para materializarse, por lo que es crucial planificarla con antelación, antes de llegar a esta fase de estancamiento. Comenzar demasiado tarde podría significar que el producto pierda valor y relevancia en el mercado.
Si la innovación se implementa correctamente y en el momento oportuno, se puede enlazar el final de esta curva de valor con el inicio de una nueva, permitiendo que el producto entre en una nueva etapa de desarrollo y crecimiento.
Esta fase final es delicada, ya que se debe evaluar si es más conveniente continuar innovando en el producto existente o si es el momento adecuado para desarrollar un nuevo producto o módulo. Esto dependerá de las condiciones del mercado, la satisfacción y fidelidad de los clientes, y otros factores estratégicos que la compañía debe considerar tanto a nivel de producto como a nivel global.
Conclusión:
Durante todo el ciclo de vida, el producto transitará por diferentes etapas, desde la idea inicial hasta su madurez y potencial declive. La clave para el éxito reside en anticipar estas transiciones y aprovechar las ventanas de innovación en el momento adecuado. Al hacerlo, se pueden prevenir caídas prematuras en la curva y abrir nuevas oportunidades de crecimiento. De este modo, las empresas no solo aseguran la longevidad de sus productos actuales, sino que también se posicionan para liderar el mercado con nuevas ofertas que continúan aportando valor tanto a la empresa como a sus clientes.